Paula se despertó sobresaltada esa noche, de manera violenta, pero casi sin notarlo. Algún sueño tumultuoso, placentero, la había estado acosando. No recordaba lo soñado, tan sólo imágenes fragmentarias se le venían a la mente. O mejor dicho, sensaciones. Supuestamente, al soñar nuestra conciencia se relaja, las barreras de la represión ceden, y el travieso inconsciente es más suceptible de aparecercenos. Por eso, cuando estamos cerca de descubrir algo importante, despertamos. Y luego, no recordamos nada. Tal vez por ello, Paula despertó. De pronto estaba sentada en su cama, la cara sudada, el cuerpo agitado. Se despertó sin siquiera notarlo, como continunando el estado de ensoñación, queriendo mantenerse en ese estado de ensoñación... Sentía en su cuerpo un estremecimiento, un escalofrío.
1 comentario:
qué bueno, tenés la dramaturgia a flor de piel. leerte es ver escenas, es verse, es la imagen, lo visual, el símbolo. pero a la vez podés “metaforear“ (jua) y usar la retórica y la abstracción a tu favor y hacer todo un conglomerado genial.
te quiero amiga.
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